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¿TUS HIJOS ESTÁN PREPARADOS PARA EL RETORNO A CLASES? ¿QUÉ PUEDES HACER PARA PREPARARLOS EMOCIONALMENTE?

¿TUS HIJOS ESTÁN PREPARADOS PARA EL RETORNO A CLASES? ¿QUÉ PUEDES HACER PARA PREPARARLOS EMOCIONALMENTE?

 

Ya es más de un año desde que los niños y adolescentes dejaron de asistir a las aulas presenciales a raíz de la pandemia, los correteos de alistarse, tomar un bus y llegar a tiempo a clases se cambiaron por la comodidad de estar en casa e interactuar con sus profesores y compañeros a través de un dispositivo electrónico.

Al comienzo fue un cambio drástico, el hecho de dejar de ver a sus amigos, tener que aprender a manejar las aplicaciones virtuales de clases, aunque se puede decir que fue mucho más complejo para los profesores, debido a que muchos de ellos no estaban familiarizados con estas nuevas tecnologías, generó frustración también en ellos.

El no tener que salir de casa a socializar con sus pares, no poder salir como antes lo hacían, el quedarse en casa todo el día, generó frustración, ansiedad, estrés y enojo, emociones que en muchas ocasiones se dificulta gestionar, pues no se cuenta con las herramientas adecuadas.

Es cierto que muchos niños y adolescentes están muy entusiasmados de volver a clases presenciales para volver a ver a sus amigos y que todo sea como antes, pero no todos lo están.

No sabemos exactamente cuándo, pero es cierto que tarde o temprano las clases presenciales volverán y debemos preparar a nuestros hijos para este nuevo cambio, más allá de prepararlos sobre los cuidados que deberá seguir en cuestiones de bioseguridad, debemos prepararlos emocionalmente y estar alertas ante evidencia de signos de estrés y ansiedad, debido a que muchos niños y adolescentes presentan un temor muy marcado a contraer la enfermedad y no todos responden a estos cambios de la misma manera.

La pregunta es ¿qué papel desempeñan las emociones ante los cambios y la necesidad de adaptarse?


El ser humano tiene la capacidad de adaptarse a cualquier cambio que sucede en su entorno con el objetivo de sobrevivir, y las emociones juegan un papel importante en este contexto, un ejemplo es la reacción emocional de miedo que se produce ante una alerta de peligro o el temor a lo nuevo o desconocido que mueve a los niños a mostrar cierto interés, esto les ayuda a explorar su entorno, sin embargo, a otros los paraliza en un principio, pero a medida que van sintiendo seguridad, también van explorando de la misma forma.

Las emociones son útiles y adaptativas y su papel no se restringe a simples reacciones para sobrevivir sino que las emociones son un complejo proceso que se encarga de mantener la resistencia biológica y psicológica, con una alta repercusión en la salud y el bienestar.

¿Qué debemos hacer los padres si vemos que nuestros hijos no están listos para este nuevo cambio en sus vidas?

 

  • Antes de ver como se encuentran nuestros hijos, debemos hacer un autoanálisis para ver si nosotros como padres estamos preparados para el momento en el que se normalicen las clases presenciales, que tan seguros nos encontramos nosotros mismos y la forma como transmitimos esa seguridad a nuestros hijos. Es importante saber que las emociones son parte de la naturaleza humana y que está bien sentirlas, no debemos evitarlas ni tampoco rechazarlas, al contrario, deberemos reconocerlas y enfocarnos en nuestros objetivos a pesar del temor y miedo que podamos sentir. Los niños aprenden por imitación y si ven que sus padres se encuentran con mucho miedo y temor, ellos también lo sentirán, por eso es importante reconocer los miedos y aprender a lidiar con ellos.

 

  • Mantener un diálogo abierto con nuestros hijos, informándoles sobre los cuidados que deberán tener, brindándoles autonomía e independencia dependiendo de la edad del niño, sin presiones ni autoritarismos, esto les brindará seguridad.

 

 

  • Como padres debemos generar un clima de confianza dentro del hogar para que los niños o adolescentes puedan transmitir sus emociones sin ser reprimidos o juzgados, aceptar sus miedos y también los nuestros, de lo contrario cuando nos resistimos a las emociones aumentamos la intensidad de éstas.

 

  • Escuchar activamente es parte de la comunicación, el hecho de que sean niños y/o adolescentes no significa que no atraviesen por dificultades, ellos necesitan sentirse escuchados y valorados como seres humanos, explicarles que es normal sentir miedo o angustia, pero a que a pesar de todo, se debe seguir adelante.

 

  • Si los niños son pequeños, brindarle un objeto simbólico que represente el amor de la familia para que lleve a clases, esto no impedirá que sienta miedo o temor, pero le brindará seguridad.

 

Muchos niños tuvieron la experiencia negativa de perder a un ser querido con esta enfermedad, se deberá ser cauteloso y observar la conducta de estos niños y lo más importante estar atentos a sus comportamientos, si se evidencia aislamiento social, más allá de lo que pueda significar el cuidado que tenga para evitar cualquier contacto físico a raíz de un peligro de contagio o si existe un rechazo evidente al retorno a clases que signifique un problema para el niño o adolescente, en este caso se deberá hablar con él e indagar sobre sus sentimientos y temores, si el grado de estrés y ansiedad es muy alto, es mejor no presionarlo, de ser así, lo conveniente será hablar con un especialista.

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